water
El papel principal del agua en la fotografía es como disolvente para reveladores y otras soluciones.
En estado puro se congela a 0°C y hierve a 100 °C, a 760 mm de presión barométrica y tiene un pH de 7,0 que se toma como punto de referencia de la neutralidad.
Impurezas del agua.
El agua natural y la del grifo no son nunca puras, y algunas de sus impurezas pueden interferir con uno u otro de los ingredientes de los baños de revelado fotográficos, en particular.
1) Las sales de calcio y de magnesio: éstas pueden ser bicarbonatos, sulfatos, nitratos, etc. El agua que contiene sales de calcio y magnesio se conoce usualmente como agua dura; las aguas muy duras pueden contener más de un 0,05% de estas sales.
La dureza ocasionada por los bicarbonatos se llama temporal, ya que el bicarbonato puede precipitarse simplemente hirviendo el agua; con los sulfatos la dureza es permanente, ya que sólo pueden eliminarse por medios químicos: por ejemplo, carbonato sódico para precipitar los carbonatos de magnesio y calcio, o añadiendo fosfatos complejos (hexametafosfato sódico o Calgon) con el fin de evitar que precipiten juntas las sales.
2) Cloruros de calcio y magnesio: además de producir dureza, los cloruros afectan a ciertas soluciones de sales de plata.
3) Gases disueltos: de estos el más importante es el oxigeno. Los gases disueltos pueden eliminarse hirviendo el agua, aunque pueden volver a disolverse al enfriarse ésta.
4) Otras impurezas: las materias orgánicas y minerales distintas de las mencionadas se eliminan normalmente en la purificación del agua suministrada de la calle y se presentan en cantidades tan pequeñas que pueden despreciarse.
Todos los minerales sólidos disueltos y la mayoría de los gases pueden eliminarse destilando el agua, así pues, el agua destilada es adecuada para todos, y esencial para algunos fines fotográficos.
Por percolación a través de ciertas resinas cambiadoras de ion puede prepararse un agua de impureza igual a la del agua destilada. Los proveedores de material de laboratorio suministran aparatos adecuados que se ponen sencillamente en el grifo del agua. Las tiendas de fotografía venden también purificadores pequeños en forma de botellas de plástico. El frasco se adapta al grifo y se deja correr el agua durante algunos minutos, al cabo de los cuales sale ya purificada. Las resinas pueden usarse varias veces hasta que el indicador de color indique que se han gastado.
Agua para el procesado.
Agua para los reveladores: las principales impurezas que pueden interferir con los reveladores son las sales de calcio y magnesio que producen la dureza del agua. Estas sales precipitan sus carbonatos o fosfatos a partir de los reveladores que contienen carbonato o fosfato sódico o algún álcali. El precipitado es inofensivo químicamente, pero puede depositarse sobre las películas o placas. Los reveladores deben filtrarse antes de usarlos. Generalmente la pérdida de alcalinidad debida a esta precipitación es despreciable.
El oxígeno disuelto perjudica la conservación de los reveladores y debe eliminarse por ebullición antes de usarse. El dióxido de carbono disuelto puede despreciarse, excepto en los que contienen álcalis cáusticos, en los que puede reducir ligeramente la actividad.
Agua para fijadores: las impurezas normales del agua del grifo no interfieren con las soluciones fijadoras.
Agua para tratamientos posteriores y virado: en ciertos casos la dureza o los cloruros pueden formar precipitados, especialmente en las soluciones que contienen sales de plomo, plata u otros metales pesados. Estas soluciones deben hacerse con agua destilada. Ésta es también esencial para todos los sensibilizadores, etc., donde las impurezas pueden causar variaciones imprevisibles en las características del material sensible.
Agua para lavado.
El agua dura –aun el agua del mar– no interfiere apreciablemente en el lavado pero puede dejar depósitos de espuma sobre las placas y negativos que se secan. Este inconveniente puede evitarse dándoles un lavado final con agua destilada o añadiendo al enjuagado final un poco de ácido acético o clorhídrico.
Los negativos y las copias intensificados o virados por ciertos procedimientos –por ejemplo, al uranio– deben lavarse con agua ligeramente acidulada, a fin de neutralizar las trazas de álcali que tienden a disolver la imagen.
Agua del mar.
El agua del mar contiene cantidades apreciables de cloruro sódico y otras sales disueltas. No es adecuada para hacer las soluciones de los procesos fotográficos, pero puede servir bien para lavar los negativos y las copias. El contenido de sales del agua del mar ayuda realmente a eliminar el tiosulfato sódico de la emulsión, con lo que se reduce el número de lavados. No obstante, es necesario un lavado final de 5-10 minutos con agua pura o destilada.
Véase también: Soluciones.
Biografía: EFF.
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